Desde la pandemia, Mendoza depende más de la Nación que de recursos propios
La caída en la producción petrolera y la reducción de alícuotas de Ingresos Brutos explican en gran medida por qué perdió peso la participación de los recursos propios de Mendoza en la ejecución presupuestaria.
Entre 2014 y 2024, la participación de los recursos nacionales en las cuentas públicas mendocinas creció, mientras disminuyó el peso relativo de los ingresos provinciales.. Foto: Gobierno de Mendoza
La estructura de financiamiento de Mendoza se ha transformado profundamente en los últimos años. La provincia, que hasta hace una década sostenía la mitad de sus gastos corrientes con recursos propios, hoy depende en mayor medida del dinero que llega desde la Nación. Según un informe elaborado por el Consejo Empresario Mendocino (CEM), esta tendencia se consolidó a partir de 2019 y se acentuó en los años recientes.
Entre 2014 y 2019, los recursos de origen provincial representaron el 50% de los ingresos corrientes. Sin embargo, entre 2020 y 2024 esa proporción cayó al 44%. Esta modificación en la composición de las cuentas públicas estuvo impulsada por distintos factores, entre ellos la baja en la producción de petróleo —que redujo las regalías hidrocarburíferas— y la disminución de alícuotas del impuesto a los Ingresos Brutos, que representa el principal ingreso tributario de la provincia.
De hecho, el impuesto a los ingresos brutos, que en 2024 explicó el 81% de los recursos tributarios provinciales, mostró una caída del 13% en términos reales entre 2016 y 2024. Esta reducción se dio en el marco de un programa de alivio fiscal que comenzó en 2017. En paralelo, los recursos no tributarios, como regalías y tasas, también perdieron peso: en el mismo período se redujeron 20% en términos reales, con un desplome del 35% en las regalías debido principalmente al retroceso en la actividad petrolera.
En conjunto, los recursos corrientes provinciales (tributarios y no tributarios) se contrajeron un 18% entre 2016 y 2024, mientras que los ingresos nacionales solo retrocedieron un 5% en igual lapso. Como resultado, la dependencia de la Coparticipación Federal y otros envíos automáticos creció de manera sostenida. En 2024, más del 97% de los recursos nacionales que recibió Mendoza provinieron de la Coparticipación y regímenes especiales, un aumento de 10 puntos porcentuales respecto del promedio observado entre 2014 y 2017.
El informe del CEM también destaca que los recursos nacionales discrecionales —como los Aportes No Reintegrables (ANR)— cayeron notablemente. Mientras que en 2014 y 2015 representaban más del 11% de los fondos nacionales transferidos, en 2024 su participación se redujo al 2%. Esto implica una menor incidencia de decisiones políticas puntuales sobre el flujo de fondos desde la Nación hacia la provincia, pero no atenúa la creciente dependencia general del Estado mendocino respecto del Tesoro nacional.
Otro dato relevante es el comportamiento de las regalías. En 2014, representaban el 8% de los recursos corrientes, mientras que en 2024 apenas alcanzaron el 5%, pese a un leve repunte respecto del año anterior. En perspectiva histórica, se observa que por cada peso que la provincia recauda en regalías, hoy obtiene cinco pesos por Ingresos Brutos, una relación que hace una década era mucho más equilibrada.
El cambio en la composición también puede observarse dentro de los recursos provinciales. La participación de los ingresos tributarios en el total de recursos corrientes provinciales pasó del 70% al 68% entre 2014 y 2024. El peso de ingresos brutos dentro del total de recursos provinciales fue del 55% en 2024, lejos del pico del 57% en 2015, aunque por encima del 42% registrado en 2011, previo al aumento de alícuotas dispuesto en 2012.
Durante la segunda gestión de Alfredo Cornejo, Mendoza mantiene una participación por encima del 50% de los recursos nacionales
Los impuestos patrimoniales mantuvieron una participación estable, en torno al 7%, pero con cambios internos: creció la importancia del impuesto automotor y cayó la del inmobiliario. En tanto, el impuesto a los sellos bajó del 6,8% al 5,8% de los recursos corrientes entre 2014 y 2024.
El panorama a futuro
Mirando hacia adelante, el informe del CEM advierte que el panorama continúa siendo complicado. En el primer trimestre de 2025, los ingresos por impuesto a los ingresos brutos cayeron 2% en términos reales frente al mismo período del año anterior. Por su parte, las transferencias nacionales descendieron un 24% real en mayo de 2025 respecto de mayo de 2024. Este doble frente de caída de ingresos obliga a una gestión austera del gasto público, en un contexto donde la principal partida presupuestaria sigue siendo la masa salarial del Estado.
El deterioro de los ingresos propios y el creciente peso de los fondos nacionales refuerzan una tendencia que, según el CEM, debería ser observada con atención. La pérdida de autonomía financiera no solo limita la capacidad de maniobra de la provincia frente a coyunturas adversas, sino que también condiciona su planificación a mediano plazo.