José Luis Gioja
“En San Juan las regalías son el 3% sobre la facturación, no sobre boca de mina"
El ex gobernador explica cómo desarrolló la minería en la provincia vecina.Para asegurar los beneficios para la provincia y las comunidades, se renegociaron las regalías mineras. Inicialmente fijadas en el 3% del valor "en boca de mina", un método difícil de fiscalizar, el sistema se cambió al 3% de la facturación total una vez que el precio del oro subió. Además, se creó un Fondo Fiduciario que recibe un 1.5% adicional de la facturación para financiar obras de infraestructura en los municipios cercanos a los yacimientos. Para ganar la licencia social, el gobierno enfrentó la resistencia pública con transparencia, invitando a la gente a visitar las minas para ver el proceso industrial y demostrando que la minería crea miles de empleos directos e indirectos, impulsando la economía local de manera sostenible.
-¿Cómo decidieron y empezaron a desarrollar la minería en San Juan?
-San Juan es la provincia más seca del país y una de la más desértica. Tiene 110 milímetros promedio de lluvia anuales. El Sahara tiene 30. En el Sahara no vive nadie, en San Juan vivimos 700 u 800,000 personas que estamos aquí todo el año. San Juan ocupa casi 89.000 kilómetros cuadrados. El 3% de toda esta superficie es donde vivimos y es lo que cultivamos. El 80% es montaña y el 17%, todo aproximado, es desierto.
Con un río, que es el río San Juan, que es un río de montaña, que son ríos caprichosos porque hay años que traen mucha agua y años que no te traen casi agua; entonces la situación es compleja.
Cuando tuvimos el sueño de gobernar San Juan en el 2003, dijimos nos preguntamos qué hacíamos, porque en el desierto y en la montaña no podíamos hacer agricultura, porque las hojas no se daban, no podíamos hacer ganadería, pero sabíamos que en la montaña había riqueza minera. Vimos que la única posibilidad para desarrollar San Juan, era hacer minería.
Elaboramos un plan para desarrollar la minería mucha ciencia y tecnología, con mucha educación, con programas sociales y demás. Pero también definimos cuatro pilares como era el complejo agroindustrial, que ya estaba desarrollado, la olivicultura, por su puesto la vitivinicultura y el complejo semillero con la horticultura.
Si te vas a comer una cebolla, un ajo, un tomate de cualquier lado, te vas a dar cuenta que el más rico es el de San Juan. No es que lo diga por fanático, lo digo porque como somos zona seca, los cultivos toman el agua que necesitan. Cuando una planta toma poca agua y da frutos, ese fruto tiene más sabor.
Por eso nuestra fruta, el melón, la uva, el durazno, el damasco, tienen sabor. Pero estamos limitados, porque no tenemos agua. Entonces, decidimos encarar el tema minero. Ya se estaba trabajando en minería y mucho en la minería de productos industriales como cal, yeso y un poco de cuarzo. Pero nos decidimos y empezamos a desarrollar la gran minería, la metalífera.
Yo fui diputado nacional en el periodo 91 - 95. En ese periodo se sacó la Ley de Inversiones Mineras. ¿Por qué esto? Porque la inversión minería es distinta a lo que el país ha hecho siempre. El país siempre ha invertido en la agroindustria.
Entonces, invertís, esperas 6 meses, cosechas, tenés lo invertido y la ganancia. En minería tenes que venir, invertir, arriesgar, tenés que explorar y si la exploración te da tenés que invertir para desarrollar la mina y después tenés que recuperar. Pasan un montón de años hasta que el inversor recupera y los inversores no vinieron al oeste argentino. Por eso todas las provincias del oeste son menos de desarrolladas. Entonces, había que desarrollar la minería.
Empezamos con uno proyecto grande que fue Veladero, seguimos con otro que es Gualcamayo y después con Casposo.
-¿Cómo definieron las regalías mineras?
-En la Ley de Inversiones Mineras se fijó que la regalía iba a ser del 3% del valor del mineral en boca de mina. ¿Qué es valor en boca de mina? Es sacar el mineral y restarle lo que te costó sacarlo.
-¿Con declaración jurada?
-Por declaración jurada pero voy a tener que estar viendo para que no te metan la mula. Por ahí se imputaba como costo el gasto de hotel de un tipo que vino 30 días y es complicado. El primer gran proyecto en Argentina fue Bajo de la Lumbrera en Catamarca. Había provincias que decían que no iban a cobrar regalías para atraer inversiones.
Lo que hay que tener muy presente siempre es que cualquier proyecto minero tiene que tener sustentabilidad, sustentabilidad ambiental, sustentabilidad social y sustentabilidad económica. Entonces, volviendo a las regalías se debía cobrar el 3% del valor de boca de mina. Empezó a trabajar Veladero y aparecieron dificultades para cobrar bajo el sistema de boca de mina. Y se dio un fenómeno que nos sirvió, porque el precio del oro estaba bajo, estaba a menos de U$S 1.000 la onza, estaba entre 800 y 700. Y de golpe pegó una repuntada y pasó los U$S 1.000 la onza. Entonces ahí lo sentamos a los tipos. Los sentamos a los que estaban ya empezando a construir Gualcamayo y le dijimos a todos, ‘Miren muchachos, si la onza vale más de U$S 1.000, nosotros necesitamos cobrar el 3% de la facturación, porque nos cuesta uno y la mitad del otro de determinar el costo del boca de mina’.
Entonces, acordamos que quedaba el 3% de facturación y no tenemos que hacer nada, tenemos la factura y nada más. Es mucho más simple, práctico y por supuesto ventajoso, también depende del valor del del mineral que se saque. Eso significó una mejora del 1,5% en las regalías para San Juan.
Pero además, como iba subiendo el precio del oro les dijimos: ‘Miren muchachos, hay que pensar en los departamentos donde están los yacimientos y donde tiene influencia el yacimiento. Y creamos un Fondo Fiduciario donde iba a participar el Estado municipal donde esté el yacimiento, el Gobierno Provincial y la empresa. Y el dinero de ese Fondo Fiduciario se destinó para hacer obras de infraestructura en esos lugares que era el 1,5% de la facturación. Con eso pudimos hacer, entre otras cosas, el microestadio Papa Francisco en Jáchal, líneas eléctricas, remodelamos el hospital en Huaco, escuelas y todo fue acordado.
-¿Cómo trabajaron la licencia social? Porque había resistencia a la minería al principio.
-Había resistencia y se vinieron de todo el país acá. ¿Sabes cómo? Llevándolos a la mina. Llevándolos, vengan a ver, vengan a ver lo que estamos haciendo. Porque muchos creen que hacer minería es ir con un camión, ponerlo al lado del cerro donde está la mina y empezar a cargar oro, plata o cobre. Y no es así, por suerte hay que hacer todo un proceso industrial donde hace falta mucha mano de obra. La mano de obra de la minería comparada, por ejemplo, con la petrolera que es buena, debe ser de 10 a uno en mano de obra. Si yo te digo digo que hoy en Veladero están trabajando 1.200 personas en forma directa, es porque están trabajando 1.200 personas. Imagínate para San Juan lo que eso significa. Y calculale otras 1.200 en forma indirecta, son los que llevan los servicios. Y a eso agregarle todas las pequeñas y medianas empresas que se desarrollaron alrededor de eso y las personas que hacen la rompa, la comida y muchos servicios más. Todo esto mueve realmente lo que es la economía del lugar. Entonces, nosotros íbamos mostrando esto.
Yo me acuerdo en un debate con Pino Solanas, un amigo, él terminó oponiéndose, no quería saber nada. Vino a San Juan, lo invité a subir al Veladero. No quiso, me dijo que no podía porque no se sentía bien. Después estuvimos en un debate en un programa de televisión y le dije: ‘Hagamos una cosa, vamos a Veladero los dos, vos me llevas al lugar que quieras y tomo agua, menos en el dique de cola que es donde se hace el proceso de lixiviación, vos decime dónde tomo agua y yo la tomo. Pero después vamos al Riachuelo en CABA y yo te digo dónde tenés que tomar agua’. Si no era así no la terminábamos más.
No tenemos otros recursos para desarrollarnos y la minería es una actividad noble, es una industria noble, los países desarrollados han crecido mucho en base a la minería, Canadá, Australia, han hecho minería. Lo digo porque he recorrido, he ido a Australia varias veces, he ido a Canadá, he ido a Estados Unidos. En Estados Unidos me encontré con una mina de oro y plata a 50 kilómetros creo que de la ciudad de Nevada.
No había otra salida, el gran empleador era el Estado siempre, todos querían ir a trabajar al Estado y así no era. Entonces, dijimos, ‘Con mucha educación, con mucha ciencia y tecnología, con mucha innovación, con todas las políticas sociales y las tareas que tiene que cumplir el Estado’.