La economía argentina mostró señales de enfriamiento en julio. Según el Índice General de Actividad (IGA) que elabora Orlando J. Ferreres & Asociados, el nivel de actividad registró una caída desestacionalizada del 1% frente a junio, lo que representó el segundo retroceso mensual en lo que va de 2025. En la comparación interanual, se observó todavía un aumento de 3,6% y, en el acumulado de los primeros siete meses del año, la suba se ubicó en 6% respecto de igual período de 2024.
El informe advierte que, tras la baja de julio, la actividad se ubica apenas 0,3% por encima del nivel de diciembre de 2024, lo que refleja las dificultades de la economía para consolidar un crecimiento sostenido. La comparación interanual también mostró cierta desaceleración, ya que la variación de 3,6% resultó más baja que la de meses previos.
Los analistas de Ferreres señalaron que entre los sectores que más empujaron el nivel de actividad en julio se destacaron la intermediación financiera, seguida por minas y canteras y la construcción, que atraviesa una recuperación tras haber experimentado fuertes caídas en 2024. En contraposición, la industria manufacturera fue la de peor desempeño en el mes, afectada por retrocesos en segmentos clave como el alimenticio y el automotor.
Agricultura, industria y energía
El agro tuvo un desempeño negativo en julio. En la comparación interanual mostró una baja de 0,5%, lo que llevó al acumulado de los primeros siete meses a un retroceso de 2,4%. En detalle, la agricultura se contrajo 2,1%, mientras que la ganadería apenas registró una leve suba de 0,2%.
La industria manufacturera anotó una caída de 2,4% frente a julio de 2024. El mal resultado estuvo influido por el efecto estadístico de un rebote fuerte en ese mismo mes del año pasado y por bajas puntuales en sectores sensibles. La producción de aceites retrocedió 10,1% y la automotriz se contrajo 16,5%. A pesar de estos resultados, en el acumulado de 2025 el sector aún muestra una expansión de 2,9%.

En tanto, el sector de electricidad, gas y agua volvió a mostrar cifras negativas. Luego de haber crecido 11,5% interanual en junio, cayó 1,9% en julio. En el acumulado del año registra un retroceso de 1,1%. Según datos de Cammesa, la generación eléctrica disminuyó 5% en el séptimo mes debido en parte a la menor demanda residencial.
El rubro de minas y canteras, por su parte, fue el de mejor desempeño en julio, con un incremento de 10,9% frente al mismo mes del año pasado. De esta manera, acumuló un avance de 7,8% en los primeros siete meses de 2025. Se trata de un sector que ya suma 53 meses consecutivos de crecimiento en la comparación interanual, consolidándose como uno de los motores de la economía.
Las proyecciones
Más allá de los resultados sectoriales, el panorama general presenta dificultades. El informe advierte que la actividad enfrenta un escenario de mayor debilidad macroeconómica y un contexto político atravesado por tensiones que elevan la incertidumbre. Según Ferreres, el Gobierno confía en que un buen resultado electoral pueda contribuir a reacomodar las expectativas y ordenar la marcha de la economía.
La evolución reciente del IGA muestra que durante buena parte de 2024 la economía estuvo en recesión, con caídas interanuales de hasta dos dígitos en algunos meses. Desde fines de ese año comenzó un proceso de recuperación que se extendió hasta mediados de 2025. Sin embargo, la caída mensual de julio —precedida por un estancamiento en junio y una contracción en marzo— vuelve a poner en duda la continuidad del crecimiento.
Aunque los últimos datos están sujetos a revisión, la conclusión es que la economía atraviesa un período de desaceleración. Los avances interanuales todavía marcan terreno positivo, pero las mediciones mensuales exhiben señales de fragilidad que condicionan las perspectivas para la segunda mitad del año.