A casi seis años del crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, muchos sentimientos están nuevamente a flor de piel por el documental del caso que estrenó Netflix.
Por este lamentable hecho, Julieta Rossi tomó notoriedad pública ya que era la novia de Fernando. A la joven se la vio consternada y luego sus padres decidieron resguardarla de los medios debido a los problemas de salud sufridos.
Hoy, Julieta muestra su presente en sus redes sociales luego de haber transitado un camino de resiliencia y superación, alejada del foco mediático. La joven hoy vive en Buenos Aires y se ha refugiado en la danza, su gran pasión.
Julieta, que tenía planeado estudiar Derecho con Fernando, optó por un giro radical, convirtiéndose en bailarina profesional y profesora de danza. Se especializa en ritmos urbanos y heels, disciplinas que enseña en estudios reconocidos y que la han llevado a participar en videoclips y shows en vivo junto a artistas como Ecko y Aitana.
Un duelo silencioso y lejos de los medios
Tras el asesinato de Fernando, Julieta optó por un duelo silencioso e íntimo. Su padre, Oscar Rossi, reveló que estuvo un año recluida y que no asistió al juicio en Dolores, explicando que no estaba "emocionalmente preparada" para revivir la tragedia. Esta decisión de mantener distancia del caso se reafirmó recientemente con su ausencia en el documental de Netflix “50 segundos: el caso Fernando Báez Sosa”.
A pesar del inmenso dolor, que la llevó a escribirle cartas de amor "al cielo" a Fernando, Julieta canalizó su fuerza hacia su carrera. En sus redes sociales, donde comparte su crecimiento artístico con más de 380 mil seguidores, la joven de 23 años ha dejado claro que “El baile me salvó”.
Su compromiso con la danza la llevó a perfeccionarse en el prestigioso Millennium Dance Complex en Los Ángeles, viajando allí en 2023 y 2024. Así, mientras sigue acompañando a Graciela Sosa y Silvino Báez en el pedido de justicia, Julieta Rossi construye su propia historia de superación, transformando la tragedia en arte y dedicación.