El universo de la lucha libre profesional y el entretenimiento se viste de luto con la partida de una de sus máximas leyendas. Hulk Hogan, cuyo nombre real era Terry Bollea, falleció este jueves a la edad de 71 años, a causa de un paro cardíaco en su residencia de Clearwater, Florida.
La noticia fue confirmada por el portal estadounidense TMZ Sports, y rápidamente resonó en medios de todo el mundo, semanas después de que se desmintieran rumores sobre su estado de salud, aunque se sabía de su recuperación tras recientes intervenciones quirúrgicas, incluyendo una operación de cuello en mayo.
Hogan fue mucho más que un luchador; se erigió como la figura central que, en la década de 1980, catapultó la lucha libre profesional de un espectáculo nicho a un auténtico fenómeno de entretenimiento familiar. Su inigualable carisma, su icónica imagen con la banda en la cabeza y sus poderosos movimientos lo transformaron en un ídolo para audiencias de todas las edades, inspirando a millones a "creer en Hulkamania" y a decir sus famosas frases.
Su capacidad para reinventarse fue clave. En 1996, volvió a sacudir la industria al protagonizar un giro inesperado, adoptando el personaje de villano como "Hollywood Hogan" y cofundando el influyente grupo New World Order (NWO). Esta transformación no solo reavivó su carrera, sino que llevó la popularidad de la lucha a nuevas alturas.
Más allá de los cuadriláteros de la WWE, Hogan incursionó con éxito en el cine y la televisión. Debutó en la pantalla grande con un memorable papel como Thunderlips en "Rocky III", y posteriormente protagonizó el exitoso reality show "Hogan Knows Best".
Su legado en la lucha libre fue reconocido con dos inducciones al Salón de la Fama de la WWE: la primera como artista individual en 2005, y la segunda en 2020 como miembro del NWO.