El presidente Donald Trump dijo este viernes que no está planeando ataques a Venezuela, que teme que el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe tenga como objetivo derrocar al gobierno de Nicolás Maduro.
"No", respondió Trump cuando un periodista a bordo del Air Force One le preguntó sobre los informes que indicaban que estaba considerando tales ataques.
Estados Unidos ha desplegado ocho buques de su Marina de guerra en el Caribe y enviado aviones de combate furtivos F-35 a Puerto Rico, mientras un grupo de ataque de portaaviones se dirige hacia la región.
Según Washington, esa fuerza militar tiene como objetivo frenar el narcotráfico.

Estados Unidos inició a principios de septiembre una campaña de ataques contra embarcaciones supuestamente dedicadas al narcotráfico en el Caribe y el Pacífico oriental, que ha dejado al menos 62 muertos y destruido 14 barcos y un semisumergible.
El gobierno de Trump presenta a las pequeñas embarcaciones como una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos debido a las drogas que supuestamente transportan, pero expertos afirman que los ataques constituyen ejecuciones extrajudiciales, incluso si se trata de narcotraficantes probados.
Además de los recursos militares desplegados en la región, Washington ha realizado múltiples demostraciones de fuerza con bombarderos B-52 y B-1B sobrevolando cerca de la costa de Venezuela. La más reciente tuvo lugar el lunes.
Las tensiones regionales se han intensificado como consecuencia de los ataques y el despliegue militar.
Venezuela afirma que Estados Unidos conspira para derrocar al presidente Maduro, quien acusa a Washington de "fabricar una guerra".
El Miami Herald y The Wall Street Journal publicaron este viernes, citando fuentes cercanas a la Administración de Donald Trump, que Estados Unidos se preparaba para bombardear en cualquier momento instalaciones militares dentro de Venezuela.
Los ataques desde el aire podrían ocurrir "en cuestión de días o, incluso, horas", señaló el diario miamense, mientras que el medio neoyorquino matizó que "el presidente no ha tomado una decisión final sobre ordenar bombardeos en tierra".
La ofensiva busca presionar a Maduro para que abandone el poder, de acuerdo con los funcionarios citados por los medios, que también afirman que el ataque es para desmantelar al Cartel de Los Soles y las redes de narcotráfico de Venezuela.
"Los potenciales blancos bajo consideración incluyen puertos y aeropuertos controlaos por los militares que presuntamente se usan para traficar drogas, entre ellos instalaciones navales y pistas aéreas, de acuerdo con uno de los funcionarios", informó el Wall Street Journal.
En tanto, el Miami Herald citó a una fuente que dijo que el tiempo de Maduro "se está agotando", pues ahora "hay más de un general dispuesto a capturarlo y entregarlo", aunque los funcionarios rechazaron aclarar si el gobernante venezolano sería uno de los objetivos de los bombardeos.
Trump reiteró, el pasado martes, que detendrá la entrada de drogas "por tierra", tras casi dos meses de bombardeos a quince lanchas en el Pacífico y el Caribe, que han dejado 61 persona muertas y tres sobrevivientes desde el pasado 1 de septiembre.
"Por fin estamos librando una guerra contra los carteles. Estamos librando una guerra como nunca antes la han visto, y vamos a ganar esa batalla. Ya la estamos ganando en el mar", declaró el mandatario republicano en un discurso a tropas estadounidenses en Japón.
La información de los bombardeos en tierra trasciende el mismo día en el que la ONU acusó al Gobierno estadounidense de "violar el derecho internacional" con sus ataques contra embarcaciones en el mar, pues señaló que las personas a bordo fueron víctimas de "ejecuciones extrajudiciales".
"Estos ataques, y su creciente costo humano, son inaceptables. Estados Unidos debe ponerles fin", exigió el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk.