A una semana de las devastadoras inundaciones en Texas, las autoridades estadounidenses actualizaron el total de víctimas y este sábado elevaron la cifra hasta 129 muertos, en tanto, el total de desaparecidos asciende a 173.
Solo en el condado de Kerr se ha confirmado la muerte de 103 personas, mientras el resto de fallecidos ocurrió en otros cinco condados (Travis, Kendall, Burnet, Williamson y Tom Green) en las proximidades de San Antonio.
En tanto, cientos de rescatistas siguen revisando los escombros, pero al no haberse encontrado personas con vida en lo que va de esta semana aumenta la preocupación sobre la suerte de quienes permanecen desaparecidos, entre ellos al menos cinco niñas y un monitor que se encontraban en el campamento Mystic, a orillas del río Guadalupe, cuando ocurrieron las repentinas inundaciones.
De todas maneras, personal local de atención emergencias y las autoridades gubernamentales admitieron que el número de fallecidos aumentará en los próximos días, a medida que los equipos de búsqueda y rescate y los voluntarios sigan rastrillando las orillas del río.
Este viernes, el presidente Donald Trump recorrió la devastación causada por las inundaciones y elogió a los funcionarios estatales y locales, incluso en medio de crecientes críticas de que podrían no haber advertido a los residentes con la suficiente rapidez de que una mortal pared de agua se acercaba.
Asimismo, Trump prometió repetidamente eliminar la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) como parte de sus promesas más amplias de reducir drásticamente el tamaño del gobierno, y suele criticar a los funcionarios de estados gobernados por demócratas que han sido golpeados por desastres naturales y tragedias en el pasado.
