La otra cara
La Mendoza que se esconde debajo de la alfombra
La provincia se mueve en la lógica de las redes sociales, mostrando sus virtudes y ocultando sus defectos. El contraste entre el “manso” destino que promocionamos para afuera y la dura realidad que se vive en la calle. La evidencia del crecimiento del narcotráfico.En los últimos años Mendoza se ha convertido en una provincia con "glamour". Los famosos vienen a pasar el fin de semana y en las redes circulan fotos con los paisajes y bondades que ofrece la provincia. Pero existe una realidad que no aparece en los spots publicitarios y que el Gobierno prefiere minimizar. Una serie notas publicadas en estos días en El Medio muestran la basura que la dirigencia intenta esconder abajo de la alfombra y describen la Mendoza marginal en la que el narcotráfico está haciendo estragos cuyas consecuencias son difíciles de dimensionar. El propio procurador, Alejandro Gullé, reconoció en la Legislatura que el problema los desborda y no tienen herramientas para enfrentarlo pero en recientes declaraciones la ministra de Seguridad Mercedes Rus eligió restarle importancia a las peleas narco que sacuden a las barriadas populares de Mendoza.
En el Ministerio de Salud tratan los consumos problemáticos como otro problema de salud mental y evitan hablar del problema de adicciones que sacuden a la sociedad. Ponen en el mismo nivel la adicción al juego que la adicción a la cocaína y otras drogas. Las consecuencias de esa política son palpables y cualquiera que camine por las calles del Gran Mendoza puede observarlas en primera persona.
Pero más allá de las "percepciones" hay datos alarmantes que deberían encender todas las luces de alarma en el Ejecutivo. Les molesta cuando desde la oposición afirman que Mendoza "es Rosario", pero si no toman cartas en el asunto sin dudas ese es el destino que nos espera. Días atrás en una nota de la periodista Estefanía Scortichini publicaba en El Medio aparecieron datos escalofriantes. Fuentes del gobierno de Mendoza, la Universidad de Cuyo y de la SEDRONAR coinciden en que ha habido un aumento significativo en el consumo de drogas en la provincia, acompañado de nuevas formas de consumo preocupantes como la cocaína fumada.
Un indicador que nos demuestra la gravedad de la situación es que han aumentado la cantidad de bebés a los que se les detecta cocaína en sangre. “Hay un problema de salud mental, que es el consumo problemático, si esa persona se queda embarazada, el problema sigue subsistiendo”, explicó a El Medio explicó la titular del Programa de Consumos Problemáticos, dependiente de Salud Mental, Marta Hintuchi.
Incluso, el presidente de la Cámara de Diputados reconoció en una entrevista con El Medio que "respecto al aumento de la mortalidad infantil, tiene que ver con cuestiones de cómo llegan las mujeres al embarazo". "Los datos tienen alguna explicación por consumo de droga, fundamentalmente por el aumento del consumo de droga por la situación socioeconómica que es un tema nacional", manifestó el alfil de Alfredo Cornejo en la Legislatura. Sin ir más lejos, esta semana en San Rafael una bebé de un año y cuatro meses fue internada en San Rafael por fractura de cráneo. La bebé estaba bajo custodia de su tío porque la pequeña había dado positivo en cocaína y marihuana a días de haber nacido, por lo que le retiraron la custodia a su madre.
En otra nota publicada por El Medio, la periodista Andrea Pellicer aborda la problemática de las personas en situación de calle en Mendoza. Se trata de centenares de individuos que pernoctan en espacios públicos y plazas. “Buena parte de esta población tiene problemas de consumo, porque los traía de antes o porque adquirió una adicción luego de quedar en situación de calle. Lamentablemente, es un asunto prácticamente generalizado”, reconoció el ministro de Gobierno, Natalio Mema en ese artículo. Actualmente, hay 60 personas internadas en instituciones para su rehabilitación.

Pero el aumento del consumo está directamente vinculado al acceso a las drogas y es inevitable detenerse en los dichos de Alejandro Gullé el pasado 23 de abril ante la Comisión Bicameral de Seguridad. Abiertamente, admitió que el narcomenudeo está fuera de control en la provincia. "La Justicia federal ataca normalmente la comercialización grosa y va a al delito grande. Pero todo el narcomenudeo no lo atienden. Nunca lo van a decir, pero es la verdad. Si se combatiera el narcomenudeo en serio con una fuerza federal o provincial como en Córdoba que es una fuerza aparte, los kiosquitos en los barrios duran cinco minutos. Acá los robos aumentan por que quieren plata para comprar droga y los homicidios porque uno quiere vender en el territorio del otro. Y ojo porque esto llega a las escuelas. Nuestros nietos están en peligro. Esto es así", afirmó sin dudarlo el jefe de los fiscales de la provincia de Mendoza.

Días después, en una entrevista con MDZ fue un paso más allá y reconoció que el tema a desbordado a las familias y que muchas veces los padres terminan denunciando a sus hijos para que los detengan. "A veces la familia es impotente. Yo he escuchado muchísimos casos donde no saben qué hacer con los chicos. Porque no tienen muchas veces las herramientas. No tienen herramientas, los chicos se ponen agresivos, no saben cómo contenerlos. Algunos padres hasta piden la detención de los hijos, pero es que no es fácil detenerlos. Por ahí los internan cuatro días a una semana en algún nosocomio, que tampoco es la solución. Hay que buscar espacios de contención con lugares especiales de internación", aseveró Alejandro Gullé.
Es por eso que llama la atención que la ministra de Seguridad haya minimizado la importancia del incremento de los homicidios en la provincia de Mendoza en el último año. Para la funcionaria los datos no están completos porque no reflejan que en realidad bajaron la cantidad de homicidios en ocasión de robo. En lugar de subrayar la importancia de desarticular las bandas narcos y frenar el baño de sangre que desata la disputa de territorio. Acababan de hacer un mega allanamiento en el asentamiento Castro para detener personas con pedido de captura y desarmar kioscos de droga, y a pesar de ello la ministra minimizó el problema y reiteró que los homicidios no se pueden prevenir.
Sin embargo, es una verdad a medias. Se pueden prevenir si se le quita el control de la calle a las bandas. Si se desarticula el negocio de la droga que evidentemente está creciendo. Esta semana un joven de 26 años fue asesinado en el Barrio La Gloria y pocos días después otra balacera dejó en estado crítico a un joven de 20 años en el barrio Santa Teresita, de Las Heras.
La falta de contención ha llevado a que en los últimos meses vecinos intenten hacer justicia por mano propia. La escalada de violencia se vivió en los barrios del oeste de Godoy Cruz meses atrás y a principios de abril en El Borbollón, donde mujeres intentaron incendiar la casa en la que el 8 de abril un hombre violó a una joven universitaria de 20 años. Víctor Aníbal Rodríguez contaba con un pedido de captura vigente por abuso de sus sobrinas.
Mientras eso ocurría, las cámaras y los titulares apuntaban a la entrega de Estrellas Michelin a distintos restaurantes de la provincia. El contraste es notorio y preocupante. Una es la Mendoza de las redes sociales, y otra muy distinta la que se percibe en la calle.