El gobierno de Javier Milei ha establecido un récord de inestabilidad política, con más de 140 funcionarios desplazados en apenas 500 días de gestión. Esta cifra, que equivale a una renuncia o despido cada cinco días y medio, convierte a su administración en la más volátil desde el retorno de la democracia en 1983. La situación se ha visto acentuada por las recientes salidas en el equipo del ministro Luis Caputo y las reveladoras declaraciones de la excanciller Diana Mondino.
Según un informe del Observatorio de las Élites del Centro de Innovación de los Trabajadores (CITRA) y un relevamiento del consultor Pablo Salinas, esta inestabilidad es la marca distintiva del gobierno libertario. En su primer año de mandato, se registraron 67 bajas en cargos políticos de la administración central, lo que representa una rotación del 32% del total de los puestos jerárquicos, una situación calificada como una "completa anomalía".
Las carteras más afectadas por esta fuga de funcionarios son el Ministerio de Economía, con más de 40 bajas; el Ministerio de Capital Humano, con un número similar de desplazamientos; y la Jefatura de Gabinete, que ha sumado casi una veintena de salidas. En la última semana, el Ministerio de Economía volvió a ser noticia con la renuncia de tres funcionarios clave del área de producción: Esteban Marzorati, Secretario de Industria y Comercio; Marcos Ayerra, Subsecretario de PyME; y Santiago Migone, Subsecretario de Gestión Productiva. Aunque la versión oficial habla de una "optimización de la estructura", estas renuncias se suman a una larga lista de abandonos en el Palacio de Hacienda.
La inestabilidad interna del Gobierno fue expuesta públicamente por la excanciller Diana Mondino en una entrevista con Al Jazeera. Mondino, quien dejó su cargo en octubre, no escatimó en críticas. Sobre el caso de la criptomoneda $LIBRA, sugirió que la promoción de la estafa por parte del presidente podía deberse a una falta de inteligencia. Respecto a la salud mental de Milei, no desmintió que consultara a sus perros muertos y respaldó la opinión de un exasesor sobre el "desequilibrio mental evidente" del presidente. Además, recordó los insultos de Milei hacia los funcionarios de su propio ministerio, dejando en evidencia las feroces internas y la virulencia con la que se procesan las decisiones dentro del oficialismo.