Un reporte de inteligencia del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos, permitió desarticular un potencial atentado masivo en una escuela del barrio porteño de Caballito.
La Policía Federal Argentina (PFA) identificó y detuvo a un adolescente de 16 años que había manifestado su intención de realizar un tiroteo escolar en una red social.
Arsenal secuestrado e ideología extrema 
Con una orden emitida por la jueza María Romilda Servini, los agentes de la PFA allanaron el domicilio del menor, ubicado sobre la avenida Juan Bautista Alberdi. Allí, se secuestró un arsenal de elementos que confirmaban la peligrosidad del plan:
	- Varias réplicas de pistolas
 
	- Un revólver
 
	- Un subfusil.
 
	- Dos cuchillos,
 
	- Municiones
 
	- Gas pimienta
 
	- Botellas tipo "molotov" (explosivos caseros).
 
Durante la investigación se determinó que el adolescente era un "fanático nazi" que mostraba una "marcada admiración por el régimen nacionalsocialista" y "glorificaba a distintos atacantes múltiples".
El detalle más aterrador se encontró en la réplica del subfusil: llevaba inscripciones con los nombres de reconocidos tiradores masivos internacionales y nacionales, como Brenton Tarrant (Nueva Zelanda), Anders Breivik (Noruega) y Rafael Solich (autor de la masacre de Carmen de Patagones).
Plan de ataque y distracción
Los agentes también hallaron un escrito donde el joven detallaba su plan de ataque, previsto para noviembre. El objetivo era su excolegio, el Educativo Modelo (aunque actualmente asistía al Miguel Hernández).
El plan contemplaba una compleja estrategia de distracción: realizar una amenaza en un shopping cercano al colegio. Posteriormente, el joven planeaba ingresar al establecimiento simulando ser un policía, aislar a los alumnos en las aulas y proceder a ejecutar el tiroteo.
La versión del entorno familiar
Tras la detención, un familiar del menor intentó justificar parte de los elementos secuestrados, alegando en un grupo de WhatsApp que los cargadores y réplicas de armas eran utilizados para un "deporte de réplicas eléctrica".
Asimismo, el familiar reveló que el adolescente se encontraba bajo tratamiento psicológico por depresión y que estaba pendiente de estudios para comenzar a ser medicado. Los mensajes aseguran que el joven "está controlado en el hospital y sin ninguna custodia policial porque se comprobó que no hay riesgo para nadie".
La Justicia, que caratuló la causa como "Intimidación pública", ordenó el traslado del joven al Cuerpo Médico Forense para someterlo a una evaluación psiquiátrica completa.