La ergofobia es el miedo irracional al trabajo o a las tareas laborales puede tener graves repercusiones en los empleados y en los equipos de trabajo. Vale destacar que va más allá la falta de ganas para ir a trabajar.
Al ergofobia se puede originar por diversas situaciones:
Malas experiencias laborales
Acoso o discriminación en el entorno laboral
Trastornos de ansiedad preexistentes
Problemas del sueño
Una persona con ergofobia puede experimentar ansiedad extrema o ataques de pánico al pensar en el trabajo, sudoración, palpitaciones o náuseas.
Según el sitio Savia, de la empresa de salud digital Mapfre, algunas consecuencias evidentes de la ergofobia son el descenso de la productividad y de la calidad del trabajo, sentimientos incontrolables de irritabilidad, preocupación o autoconcepto negativo.
Ergofobia
Cómo tratar la ergofobia
Según el instituto psicológico Claritas.com, la ergofobia puede ser un trastorno temporal y por ende tiene solución. Dicho organismo brindó cuatro recomendaciones para superar esta fobia:
Trabaja en tu nivel de autoexigencia: aprende a poner límites tu nivel de perfeccionismo e intentar no castigarte si algo no sale como querías o esperabas. Sé más compasivo contigo mismo.
Desconecta en tu tiempo libre: apaga el celular e intenta disfrutar de la actividad que estés realizando fuera del horario laboral para poder así no estar rumiando constantemente sobre situaciones laborales que pueden generar más ansiedad.
Realiza técnicas de relajación: practica yoga, meditación mindfulness o alguna otra actividad centrada en la relajación.
Planifica las tareas laborales y la agenda que llevarás cada semana, incluyendo momentos libres por si surgen imprevistos. Esto te permitirá tener más organización.