Nueva York, conocida por su dinamismo, también tiene un conjunto de leyes peculiares que reflejan su historia y la búsqueda de orden. Estas normativas, a menudo consideradas extrañas, surgieron para abordar problemas específicos y mantener el bienestar en la densamente poblada ciudad.
Leyes peculiares de Nueva York
Una de las leyes más inusuales es la prohibición de lanzar pelotas en parques públicos. Según el Código Penal del estado, esta acción puede ser sancionada. La legislación busca prevenir lesiones accidentales y comportamientos agresivos en los espacios verdes, estableciendo que someter a una persona al lanzamiento de objetos es una forma de "ridículo o desprecio".

Otra normativa notable es la que prohíbe tomarse selfies con tigres. Promulgada en 2014, esta ley surgió como respuesta al aumento de fotos con estos animales exóticos en aplicaciones de citas. La legisladora Linda B. Rosenthal, quien impulsó la medida, señaló que su objetivo es proteger tanto a los consumidores como a los animales. Las multas por esta infracción pueden llegar hasta los US$1.000 para los reincidentes.
Además, la venta de pieles de perros y gatos está prohibida en todo el estado de Nueva York. Esta ley, incluida en el Artículo 26 de Agricultura y Mercados, busca proteger a los animales y evitar prácticas crueles. Las sanciones son significativas, con multas que alcanzan los US1.000paraindividuosyUS5.000 para corporaciones en el primer delito.
El uso del claxon también está estrictamente regulado. Desde 1936, se considera ilegal el "toque prolongado y razonable de la bocina". El claxon solo debe usarse como una advertencia de peligro. Para hacer cumplir esta norma, las autoridades están usando cámaras de ruido que detectan las infracciones. Las multas por el uso excesivo de la bocina pueden variar entre US800yUS2.500.
Finalmente, en algunas zonas turísticas de la ciudad existe una prohibición de la venta de chicles. Esta regulación, que data de varias décadas, tiene como objetivo mantener la limpieza y el orden en áreas de alta afluencia de personas. Las multas se imponen a los comerciantes que no cumplen con las normativas de higiene.