Un reciente y peculiar ranking ha coronado a la ciudad menos atractiva de Europa. Lo más curioso es la reacción de sus propios habitantes, quienes lejos de ofenderse, han recibido la noticia con humor y un toque de autocrítica.
El listado, que se ha vuelto viral en redes sociales, ha desatado un sinfín de comentarios, memes y anécdotas de quienes han pasado por la ciudad y han quedado "poco impresionados". Las razones que se esgrimen para justificar a Albacete en esta posición se centran en aspectos estéticos y urbanísticos. Se mencionan la prevalencia de edificios grises y sin ornamentación, una notoria ausencia de monumentos que capten la atención, y la planicie del terreno, que no ofrece vistas memorables.

Un comentario popular en las redes sociales que resume la percepción general es: “Todo el que ha pasado por allí en tren ha pensado: ¿ya estamos? ¿Esto es Albacete?”.
Sin embargo, los propios albaceteños han asumido el veredicto con gracia. Han adoptado la frase “Albacete: no está tan mal como crees, pero tampoco mucho mejor” como un lema que encapsula su visión sobre la ciudad.
El ranking también señala otros aspectos de la vida cotidiana que restan atractivo, como el tráfico de gran ciudad sin un motivo claro, aceras anchas que no parecen llevar a ningún lugar interesante, y centros comerciales que parecen haberse quedado en el pasado. A pesar de estas críticas, hay quienes defienden que el verdadero encanto de Albacete reside en su gente, su gastronomía y la rica vida cultural que se esconde detrás de su fachada poco agraciada. La ciudad, lejos de ser un lugar de postal, se presenta como un destino honesto y funcional que abraza con humor su inesperado primer puesto en el ranking.