Hablar dormido, conocido técnicamente como somniloquia, es un fenómeno más común de lo que se cree. Aunque puede ser visto con curiosidad, la psicología y la medicina del sueño lo interpretan como un indicador clave del nivel de descanso y el estado emocional de un individuo.
Los especialistas señalan que la somniloquia no distingue edades. Los episodios van desde simples murmullos hasta frases completas, pero en la mayoría de los casos, la persona no recuerda nada al despertar. Si bien no siempre es un problema grave, su aparición puede ser una alarma de que el organismo no está alcanzando un sueño profundo y reparador.
Las causas detrás de la somniloquia
Según los expertos, cuando la mente no logra relajarse por completo, descarga emociones y tensiones en forma de palabras durante la noche. Las razones más frecuentes que provocan este fenómeno son:

- Estrés acumulado: La mente, sobrecargada, no logra la relajación total y procesa las emociones durante el descanso.
- Ansiedad o preocupación: El cerebro permanece activo, procesando problemas o situaciones no resueltas.
- Sueño ligero: La somniloquia ocurre con mayor frecuencia en las fases superficiales del sueño (etapas 1 y 2 del sueño no-REM), donde la actividad cerebral es más cercana a la vigilia.
- Cansancio extremo o fiebre: El organismo reacciona de manera desordenada en su intento por repararse.
- Genética: Algunas investigaciones sugieren que la propensión a hablar dormido puede ser un rasgo heredado.
Además, la somniloquia puede manifestarse o intensificarse en personas que padecen sonambulismo, que han consumido bebidas alcohólicas o que han ingerido cenas pesadas justo antes de acostarse.
Si los episodios son frecuentes o se combinan con otros síntomas como despertares bruscos y falta de energía persistente, se recomienda la consulta con un especialista en trastornos del sueño.
Prestar atención a estas señales nocturnas es esencial, ya que un sueño de calidad no solo disminuye la somniloquia, sino que también mejora el estado de ánimo, la memoria y la productividad. Si hablar dormido causa vergüenza o interfiere en la vida cotidiana (por ejemplo, durante viajes o con pareja), llevar un diario de sueño es una herramienta útil para detectar patrones y causas específicas.