El primer semestre del año ha marcado un significativo incremento en las importaciones argentinas desde China, impulsado por la política de apertura de importaciones y la flexibilización del cepo cambiario del gobierno de Javier Milei. Los productos, que van desde computadoras y celulares hasta vehículos y equipos médicos, sumaron US$ 3.275 millones más en comparación con el mismo período del año anterior, según datos de la consultora Unexar.
Este aumento en las compras argentinas, que superaron los US$ 9.572 millones respecto al primer semestre de 2024, se atribuye principalmente a tres factores clave:
- Atraso cambiario del dólar: un factor crucial que abarató las importaciones.
- Redirección de productos chinos: un cambio en la estrategia de China, que redirigió productos originalmente destinados a Estados Unidos hacia otros mercados como Argentina.
- Facilidad para hacer negocios: China ha simplificado los negocios para los argentinos, con medidas como la exención de visa para estancias cortas y el apoyo para participar en ferias comerciales.
El crecimiento de las importaciones ha tenido un impacto directo en la balanza comercial bilateral, que registró una fuerte caída del 74% en su superávit con China, pasando de US$ 10.742 millones a solo US$ 2.788 millones. Esto se debe a que, si bien las exportaciones argentinas a China crecieron un 4%, las importaciones se dispararon un 34%.
El consultor en comercio internacional, Marcelo Elizondo, interpreta este fenómeno como una "normalización" después de años de restricciones y recesión. Sin embargo, advierte que el problema real radica en que las importaciones crecen mucho más que las exportaciones. Esta situación evidencia una pérdida de competitividad y subraya la urgencia de que el país recupere su capacidad exportadora para evitar un desequilibrio comercial a largo plazo.