La búsqueda de Pablo Laurta, el hombre acusado del doble femicidio de su ex pareja, Luna Giardina, y de su ex suegra, Mariel Zamudio, y del posterior secuestro de su hijo de 5 años en Córdoba, tomó este martes un giro aún más oscuro y criminal.
El ministro de Seguridad de Entre Ríos, Néstor Roncaglia, brindó una contundente conferencia de prensa para conectar el caso con el hallazgo de un cuerpo desmembrado en Concordia.
“En un 99% creemos que es Martín y en un rato se va a realizar la autopsia”, sentenció Roncaglia, refiriéndose a Martín Sebastián Palacios, el remisero que se cree fue la última persona en trasladar a Laurta en su huida.
De femicida a múltiple asesino metódico
Este nuevo y macabro episodio refuerza la hipótesis que las autoridades ya manejaban sobre el perfil del prófugo. Roncaglia, acompañado por el jefe de la Policía Claudio González, ya había señalado que la frialdad y el modus operandi del acusado desmentían la idea de un crimen por impulso.
“Creemos que Laurta es una mente criminal metódica, que manejó todas las variables y que no se manejó con un impulso, tuvo conciencia”, afirmó el ministro. Esta descripción, que lo aleja de la figura del "arrebato emocional", sugiere que el doble crimen y el secuestro del niño fueron actos planificados.
El hallazgo en Concordia indica que la huida de Laurta se habría cobrado otra vida, la del remisero Palacios, posiblemente asesinado para eliminar un testigo, el rastro del vehículo o para obtener un medio de escape.
Al transformarse en una serie de crímenes que se extienden por varias provincias, el caso de Pablo Laurta pasa a ser investigado bajo la premisa de una alta premeditación y conciencia criminal.
La Policía y la Justicia esperan ahora los resultados forenses para confirmar la identidad del cuerpo y consolidar la grave acusación contra el fugitivo. La justicia busca a un individuo que, según las autoridades, actuó con pleno conocimiento y control en cada una de sus escalofriantes acciones.