El nombre de Bryan Johnson es sinónimo de la obsesión de la élite tecnológica por desafiar la muerte. Tras amasar una fortuna con la venta de una plataforma de pagos a PayPal, el empresario destinó su vida a su proyecto "Blueprint", un régimen de salud extremo cuyo objetivo es vivir 150 años.
No obstante, el relato de disciplina biológica se ha visto manchado por los resultados de sus propios experimentos.
La peligrosa prueba de "Blueprint Stack"
La credibilidad del régimen de Johnson fue seriamente cuestionada tras un estudio con 1.700 voluntarios que probaron sus suplementos y comidas ("Blueprint Stack").
El resultado fue alarmante: más del 60% de los participantes reportó efectos adversos graves, incluyendo náuseas, vómitos y, lo más preocupante, alteraciones metabólicas. Entre los hallazgos se registró un aumento de casos de prediabetes y una peligrosa caída en los niveles de testosterona.

Ante estos datos, el médico personal de Johnson, Oliver Zolman, decidió desvincularse de la empresa y del proyecto.
El cáncer, las ex parejas y las denuncias laborales
Más allá de los problemas de salud vinculados a sus productos, la vida de Johnson está marcada por disputas con personas de su entorno.
Su expareja, Taryn Southern, quien también trabajó en su empresa de neurotecnología, Kernel, fue despedida tras la ruptura y mientras luchaba contra un cáncer. Posteriormente, Johnson la demandó, lo que obligó a Southern a pagarle por honorarios legales.
Por su parte, exempleados, como su ex asistente Jamie Contento, han presentado denuncias formales ante las autoridades laborales.
El empresario ha defendido su conducta, pero estos hechos exponen la alta tensión que existe detrás de la fachada pública del polémico magnate que busca la eterna juventud.