Un objeto misterioso, llamado 3I/ATLAS, ha captado la atención de la comunidad científica. Detectado el 1 de julio, este objeto de 24 kilómetros de ancho viaja a una velocidad asombrosa de 217,000 kilómetros por hora.
Inicialmente, los científicos pensaron que se trataba de un cometa interestelar común, proveniente de otro sistema solar. Sin embargo, un nuevo estudio del físico teórico Avi Loeb ha encendido la polémica al sugerir una explicación mucho más audaz.
Según Loeb, la trayectoria y velocidad inusuales del objeto podrían indicar que se trata de una nave espacial extraterrestre, posiblemente hostil. Incluso plantea la posibilidad de que sea un programa espía tecnológico encubierto de una civilización alienígena.
La NASA ha calculado que 3I/ATLAS se acercará al Sol el 30 de octubre, a 209 millones de kilómetros de distancia, pasando dentro de la órbita de Marte.

Después, continuará su viaje, acercándose a la Tierra a unos 240 millones de kilómetros a fines de 2025, sin riesgo de impacto. Avi Loeb advierte que el objeto estará en el lado opuesto a la Tierra durante su punto más cercano al Sol, lo que, según él, podría ser una maniobra intencional para evitar ser observado en detalle.
A pesar de las alarmantes advertencias de Loeb, muchos astrónomos, como Samantha Lawler de la Universidad de Regina, sostienen que no hay pruebas concluyentes para la hipótesis de la nave extraterrestre.
Ellos afirman que toda la evidencia apunta a que se trata de un cometa común, expulsado de su sistema solar de origen.
Este debate se suma a la "Hipótesis del Bosque Oscuro", una teoría que sugiere que las civilizaciones avanzadas se mantienen ocultas en el cosmos para protegerse de posibles depredadores.
Mientras tanto, 3I/ATLAS sigue bajo estricta vigilancia, y los científicos de todo el mundo esperan poder obtener más datos en los próximos meses para resolver este misterio cósmico.