El mes de noviembre comienza con malas noticias para el bolsillo. A la ya confirmada suba del gas, se le sumará un incremento en el servicio de electricidad que, si bien se conocerá en detalle el próximo lunes, se estima que rondará el 3,8% promedio. Este porcentaje se desprende de las resoluciones publicadas por la Secretaría de Energía y coloca el ajuste de las tarifas de la luz y el gas por encima de la inflación proyectada de octubre, que se calcula en un 2,5%.
El alza en la tarifa eléctrica, junto con los demás ajustes, profundiza la preocupación por el poder adquisitivo, ya que estos incrementos en los servicios esenciales y la energía en general superan en promedio los ajustes salariales obtenidos en la mayoría de los convenios de paritarias.
Una escalada de ajustes en todos los frentes
El aumento en la electricidad se inserta en un contexto de múltiples subas que golpean los costos de vida y la economía local. El alza en los servicios se potencia con las decisiones tomadas sobre los combustibles y el transporte, impactando directamente en la matriz de costos de la provincia:
- Gas: la medida, que rige a partir del 1 de noviembre, confirmando un alza promedio del 3,8% en la factura.
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- Combustibles: implica un incremento de entre 5% y 7% en las cargas fiscales, lo que anticipa un nuevo traslado a los precios finales en los surtidores.
- Transporte: a partir del 10 de noviembre el pasaje de colectivo pasará a costa $1.200
La combinación de aumentos en luz, gas, transporte y la inminente suba en combustibles genera una presión inflacionaria considerable al inicio del último bimestre del año, erosionando la capacidad de consumo de los mendocinos.