Pronósticos
Vaticinios de 50 expertos sobre el dólar y la inflación en 2026
Las proyecciones de los analistas para el próximo año contemplan distintos escenarios: varían según si el Gobierno modifica las bandas cambiarias y avanza con las reformas estructurales o no.El principal desafío del Gobierno es ejecutar el "reseteo" de inconsistencias para evitar una turbulencia en 2027. Las proyecciones más optimistas de crecimiento (por encima del 3%) están ligadas a un escenario de mayor libertad cambiaria sin correcciones abruptas, mientras que las más bajas reflejan un arrastre estadístico negativo de 2025 y el impacto de la suba de tasas preelectoral que demoró la recuperación. En última instancia, el éxito de la economía en 2026 dependerá de la capacidad del Ejecutivo para generar certidumbre, acumular reservas y, sobre todo, avanzar con las reformas estructurales que el mercado y las consultoras consideran esenciales.
Pasadas las elecciones legislativas y resuelta la incógnita política, distintas consultoras están elaborando sus proyecciones para la economía del próximo año, con variantes en sus cálculos según si el Gobierno modifica las bandas cambiarias y avanza con las reformas estructurales o no.
Según el promedio de los consultados en el último LatinFocus Consensus Forecast, un informe mensual que reúne las proyecciones de más de 50 consultoras y bancos privados tanto de la Argentina como del exterior, en 2026 el PBI crecerá 2,9%, lo que implica un recorte de 0,1 punto respecto del cálculo del mes pasado.

“Durante octubre, nuestros panelistas recortaron sus proyecciones de crecimiento del PBI para este año y el próximo debido a la debilidad de los datos económicos recientes y a la inestabilidad cambiaria en la antesala de las elecciones de medio término. Para 2026, mucho dependerá de hasta dónde pueda avanzar Milei con las reformas estructurales: el éxito en ese frente podría impulsar el crecimiento, mientras que el fracaso podría provocar una nueva corrida contra el peso”, advirtieron.
Según el promedio de las estimaciones del informe, hacia fines del próximo año el dólar oficial mayorista alcanzará los $1.774. Hoy está en $1.450,56.
En cuanto a la inflación, el relevamiento prevé una tasa del 19,3%.
Lorenzo Sigaut Gravina, director de Análisis Macroeconómico de Equilibra, señaló que la consultora trabaja con dos escenarios para 2026. “En el optimista, se aprueban las reformas, se trata el presupuesto en extraordinarias y se consigue que el riesgo país perfore los 500 puntos; es decir, que haya acceso al financiamiento externo y, a partir de ahí, ingreso de capitales. Con eso, el Gobierno puede aspirar a mantener el tipo de cambio dentro de las bandas, acumular reservas y crecer en 2026 bajando la inflación”, describió. En ese caso, estiman un crecimiento del PBI del 2%, un tipo de cambio de $1.650 a fin de año y una inflación del 17%.
En tanto, en el escenario base, se terminaría liberando el mercado cambiario o subiendo el techo de las bandas (con un dólar en torno a $2.000 a fines de 2026), lo que generaría en el corto plazo algo más de inflación y recesión, aunque después de la cosecha gruesa la economía volvería a crecer.
“Con ese escenario quedás más empatado en términos de actividad; es decir, solo levantás el arrastre estadístico negativo del 1% que dejaría 2025, pero no mucho más (0%). Y, obviamente, la inflación sería más parecida a la de este año, con una proyección del 27%”, completó.
En EcoGo Consultores también manejan dos visiones para el próximo año. En el primer escenario, en el que el Gobierno mantiene las bandas, el PBI crecería 1,7%, el dólar promedio a fin de año se ubicaría en $1.625 y la inflación sería del 19%.
En el escenario 2, con una recalibración del esquema cambiario, el PBI subiría solo 0,5%, el dólar promedio quedaría en $1.964 y la inflación, en 26%.
“Todo depende de qué esquema van a privilegiar en relación con la elección del tipo de cambio y la tasa de interés real. El primero implica sostener las bandas y un tipo de cambio que se aprecia, lo que requiere una tasa real más elevada; el otro implica una recalibración de las bandas, con un tipo de cambio que se sostiene en los niveles actuales y una tasa real más baja”, explicó Sebastián Menescaldi, director de EcoGo.
Por su parte, Milagros Gismondi, economista jefe de Invecq, sostuvo que su escenario base prevé un tipo de cambio de $2.000 a fines del año próximo, con una inflación del 20% y un crecimiento modesto del 2%. “Creemos que habrá que darle alguna flexibilidad al sistema de bandas, aunque el tema es el timing”, señaló.
Federico González Rouco, economista de Empiria Consultores, se mostró más optimista en términos de actividad e inflación, sobre todo si se da un escenario de mayor libertad cambiaria, con un nivel de dólar similar al actual o apenas 10% más alto, pero sin una corrección drástica ni abrupta.
“Para el año que viene tenemos una proyección de crecimiento por encima del 3%, con una inflación de aproximadamente 15%. Obvio, esto depende de si la corrección al dólar se hace este año o el que viene, pero eso es por cómo se computa la inflación en el año calendario. Si se hace el año que viene, habrá menos inflación este año y un poco más el próximo, pero conceptualmente es lo mismo”, explicó.
Por otro lado, Ricardo Delgado, presidente de Analytica Consultora, consideró que, para evitar un 2027 turbulento, 2026 debería ser el año del “reseteo”, para dejar atrás algunas inconsistencias de los dos primeros años de gestión.
“El respaldo del Tesoro de Estados Unidos abre la oportunidad de modificar el formato del régimen cambiario, para equilibrar los objetivos de acumular reservas internacionales y volver a crecer. Este es el gran desafío que tiene el Gobierno en su segunda etapa. Nuestro escenario base para 2026 es que habrá un crecimiento inferior al 2%, una inflación relativamente estable y un tipo de cambio real que no volverá a apreciarse”, apuntó.
Por último, Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de OJF & Asociados, opinó que la suba de tasas que tuvo que aplicar el Gobierno para reducir la volatilidad preelectoral provocó una caída del nivel de actividad en los últimos meses, lo cual reduce el arrastre estadístico para 2026 y posiblemente demore la recuperación.
“En materia de inflación creemos que la tendencia bajista se retomará, aunque puede costar más. Por un lado, porque bajar la inflación desde estos niveles es más difícil (bajarla un punto equivale a reducirla a la mitad), y por otro, porque el Gobierno debe aflojar la política monetaria y acumular reservas. Todo esto nos hace pensar que el dólar puede ir algo más arriba, mientras podría haber una mayor cantidad de pesos. Sin embargo, no vemos que la inflación suba, dado que la demanda de pesos también puede aumentar y, al no haber emisión para financiar el déficit, la oferta de dinero está limitada por la política monetaria”, concluyó.
