El consumo masivo en Argentina cayó un 3,2% en mayo, a pesar de la desaceleración de la inflación. Este descenso se atribuye principalmente a la falta de una recomposición significativa de los salarios reales.
Damián Di Pace, director de Focus Market, explicó que esta situación se debe al estancamiento en los ingresos de la población, especialmente de la clase media. Si bien la inflación mensual promedio se modera, el aumento en el costo de los servicios, tras la corrección de precios relativos de la economía, resta capacidad de consumo en bienes. Di Pace subrayó que la recomposición salarial va muy en línea con la inflación, y los ajustes paritarios resultan insuficientes para revertir la caída acumulada del ingreso real.
El analista económico señaló que la baja de la inflación "empodera mucho más a los pobres e indigentes que a la clase media que aún ve suba elevada en servicios". Para muchos, el miedo ya no es tanto al aumento de precios, sino a la incapacidad de administrar el ingreso para llegar a fin de mes. En este contexto, Di Pace advirtió que el principal desafío del Gobierno es "consolidar la estabilidad macroeconómica sin desatender el ritmo de recomposición social y del ingreso real".
De cara al futuro, el experto indicó que si la desaceleración inflacionaria continúa y el mercado laboral se estabiliza, las elecciones próximas serán un barómetro importante para dar una señal de continuidad en las mejoras estructurales e institucionales que requiere Argentina. Las empresas de consumo masivo ya están ajustando sus estrategias, implementando promociones selectivas y reforzando su presencia en canales de cercanía con descuentos y ofertas 2x1.
Un informe del Centro RA de la Universidad de Buenos Aires complementa esta visión, destacando que el poder adquisitivo de la clase media se deterioró significativamente en el primer año del Gobierno de Javier Milei. Esto se debe fundamentalmente a un encarecimiento del 33% en los servicios frente a los bienes. Como resultado, el gasto de este segmento de la población en servicios pasó del 49% al 59% en solo un año. El estudio remarcó los "alarmantes" incrementos porcentuales en servicios esenciales en la Ciudad de Buenos Aires: el gas subió aproximadamente un 631%, el transporte un 707%, la electricidad un 390% y el agua cerca de un 350%, muy por encima del 129% que se observó en el gasto en alimentos.