El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, denunció públicamente un presunto intento de envenenamiento en su contra, el cual habría sido perpetrado a través de productos artesanales que recibió como obsequio. Esta es la segunda denuncia de este tipo que el Gobierno presenta en medio de un clima de alta tensión política y las intensas protestas indígenas que se desarrollan en el país.
En una entrevista con la cadena CNN, Noboa reveló que los productos —una mermelada de tamarindo, otra de chocolate y una mistela de cacao— fueron entregados por una emprendedora durante un encuentro con agricultores en la provincia costera de Los Ríos el pasado viernes.
Tras las pruebas de rutina realizadas por el equipo de seguridad presidencial, se determinó que los productos contenían "sustancias químicas peligrosas", según detalló el mandatario.
Los "tres químicos diferentes" y la acción judicial
Un informe de la Casa Militar, citado por medios oficialistas, confirmó que el análisis de laboratorio identificó la presencia de cloruro de tionilo, cloroetanol y antraceno, tres compuestos "nocivos y perjudiciales para la salud". Noboa enfatizó la gravedad de la situación: "Había tres químicos diferentes con una altísima concentración y era prácticamente imposible que estos tres químicos estén juntos en esos niveles en un producto en particular".
El presidente descartó la posibilidad de un accidente o un problema de empaque y sostuvo que la Casa Militar ya presentó una denuncia formal ante la Fiscalía. Ahora se espera que un peritaje y "todo un proceso legal" determinen las responsabilidades. El informe también destacó que los productos no contaban "con el registro sanitario correspondiente para el consumo humano".
La reacción de la emprendedora
Yolanda Peñafiel, la mujer que entregó los productos al equipo presidencial, expresó su profunda preocupación ante el giro de los acontecimientos. Declaró al medio digital local La Contra sentirse "triste y preocupada" por la aseveración del mandatario, asegurando que su intención fue de "muy buena voluntad". Peñafiel afirmó haber entregado los productos a los militares para su revisión y sostuvo: "Mi corazón no está para hacer daño a nadie... ya no sé qué pudo pasar de ahí adelante".