Una profunda irritación se ha instalado entre los vendedores que utilizan Mercado Libre, la gigante del comercio electrónico fundada por Marcos Galperin. Las redes sociales se han convertido en el escenario de múltiples quejas, donde se denuncia que las comisiones por venta han alcanzado niveles "abusivos", llegando a superar, en algunos casos, el 20% del valor total de los productos ofrecidos.
El malestar se intensificó recientemente tras el anuncio de la compañía: a partir del 8 de julio, las tarifas por venta se diferenciarán según la provincia de origen del vendedor, un ajuste que se alinea con la alícuota de Ingresos Brutos de cada jurisdicción.

Esta medida, lejos de calmar los ánimos, implicará un incremento en las comisiones para los vendedores de provincias como Córdoba, Santa Fe y Jujuy, mientras que para otras cinco regiones se prevé una leve disminución.
Comerciantes que operan en la plataforma expresan su frustración. Testimonios en plataformas como X (antes Twitter) reflejan la percepción de que la empresa se apropia de una parte desproporcionada de las ganancias.
Las críticas detallan cómo a un porcentaje variable (que puede ser del 15,5% o más) se le suma un costo fijo por unidad, que, para productos de menor valor, eleva drásticamente la carga final que el vendedor debe afrontar. Esta estructura de costos ha llevado a muchos a la conclusión de que la plataforma no es rentable para su negocio.
La indignación es tal que no pocos vendedores están explorando y migrando hacia alternativas a Mercado Libre, como los marketplaces de redes sociales que no cobran comisiones, buscando así ofrecer mejores precios a sus clientes y recuperar sus márgenes. Este escenario de descontento subraya el desafío que enfrenta Mercado Libre para mantener la satisfacción de sus vendedores, que son el motor principal de su ecosistema de comercio electrónico, en un contexto de alta competitividad y búsqueda de rentabilidad.