Durante años, la ciencia ha considerado que el declive cognitivo y la reducción del volumen cerebral son consecuencias inevitables de la vejez.
Sin embargo, el Programa SuperAging de la Universidad Northwestern, que lleva 25 años de investigación, ha puesto en tela de juicio esta premisa. Los científicos han identificado a los "superancianos", un grupo de personas mayores de 80 años que mantienen una memoria y un rendimiento cognitivo equivalentes al de individuos de 50 o 60 años.
El estudio ha revelado que este fenómeno no solo es cognitivo, sino también biológico. A diferencia de sus pares neurotípicos, los superancianos no muestran el adelgazamiento cortical relacionado con la edad. De hecho, poseen una región en la corteza cingulada anterior que es más gruesa que la de los adultos jóvenes, una característica que se asocia con la sociabilidad y la resiliencia.

Además, el análisis de sus cerebros post-mortem ha ofrecido resultados sorprendentes. Los superancianos presentan menos patologías relacionadas con el Alzheimer, como los ovillos neurofibrilares, y conservan un mayor tamaño en las neuronas entorrinales, esenciales para la memoria. También se ha observado que tienen menos microglía inflamatoria y un sistema colinérgico más robusto, lo que sugiere una mejor comunicación neuronal.
Este trabajo pionero está cambiando la comprensión del envejecimiento, al demostrar que la pérdida de memoria no es una consecuencia universal de la vejez.
Los "superancianos" representan una excepción que podría contener la clave para desarrollar futuras intervenciones que promuevan una longevidad cerebral más saludable en todos.