El 70% de los argentinos con capacidad de ahorro se dolariza antes de las elecciones
La compra directa de divisas, los Cedears y los fondos comunes de inversión en dólares concentran las preferencias, en un contexto de incertidumbre económica y escasa confianza en el peso.
Un estudio de Focus Market, basado en 2.750 casos, reveló que el 68 % de los argentinos con capacidad de ahorro elige instrumentos vinculados al dólar antes de las elecciones legislativas de octubre. El 37 % compra dólares directamente, el 20 % invierte en Cedears y el 11 % en fondos comunes en dólares.
Según el director de la consultora, Damián Di Pace, se trata de una “respuesta cultural e histórica” ante la volatilidad macroeconómica y la falta de confianza en el peso. El informe advierte que esta tendencia de dolarización reduce la disponibilidad de ahorro en moneda local, complica la política monetaria y refuerza la idea del dólar como refugio financiero en contextos de incertidumbre política y económica.
Un relevamiento reciente de Focus Market reveló que siete de cada diez argentinos con capacidad de ahorro eligen resguardar su dinero en activos vinculados al dólar ante la proximidad de las elecciones legislativas. La encuesta, realizada sobre una base de 2.750 casos en todo el país, muestra que la preferencia por la moneda estadounidense se mantiene como un reflejo de desconfianza en el peso y una conducta recurrente en los períodos preelectorales.
De acuerdo con el informe, el 37% de los encuestados compra dólares de manera directa, ya sea en el mercado oficial, financiero o informal. Otro 20% opta por invertir en Cedears, es decir, en acciones de empresas extranjeras que cotizan en pesos pero cuya valuación sigue el precio en dólares. A su vez, un 11% coloca sus fondos en instrumentos financieros dolarizados, como los fondos comunes de inversión con activos en moneda extranjera. En conjunto, estas tres alternativas explican el 68% de los ahorristas que se dolarizan en el tramo previo a los comicios.
El estudio, elaborado por la consultora dirigida por Damián Di Pace, señala que este comportamiento no es nuevo, sino que responde a una lógica profundamente arraigada en la economía local. “En la Argentina, la dolarización de los ahorros no es solo una elección financiera, sino una respuesta cultural e histórica a la volatilidad macroeconómica. En los períodos preelectorales —particularmente antes de elecciones legislativas o presidenciales— los agentes económicos anticipan posibles tensiones cambiarias, ajustes en la política monetaria y una eventual pérdida de valor del peso”, explicó el analista.
Preferencias y desconfianza
El informe también detalla que las opciones en pesos tienen una incidencia mucho menor. Solo el 10% de los ahorristas elige los plazos fijos tradicionales, mientras que un 8% invierte en acciones del mercado local. El 7% destina sus fondos a bonos soberanos o corporativos, el 4% a billeteras digitales con rendimientos en moneda local y el 3% restante se inclina por el oro. La concentración en instrumentos vinculados al dólar muestra que, a pesar de los intentos por fomentar la inversión doméstica, la percepción de riesgo sigue siendo elevada.
Según el informe, la conducta de los argentinos frente al ahorro está marcada por la experiencia acumulada en contextos de alta inflación, devaluaciones recurrentes y cambios abruptos en las reglas de juego. La falta de previsibilidad sobre el valor del peso, junto con la expectativa de movimientos cambiarios posteriores a las elecciones, refuerza la preferencia por la divisa estadounidense como refugio de valor.
En ese sentido, Di Pace remarcó que “el proceso de dolarización no se da únicamente en los sectores de mayores ingresos, sino también entre quienes logran un pequeño excedente mensual. Para muchos hogares, la compra de dólares no es una inversión sino una estrategia de preservación del poder adquisitivo”.
Un reflejo del clima económico
La investigación se difundió en un momento en que el tipo de cambio paralelo volvió a registrar tensiones y el mercado financiero muestra un comportamiento volátil. En ese contexto, la dolarización actúa como un termómetro del nivel de incertidumbre. El estudio señala que la expectativa de inflación futura, el resultado electoral y las eventuales medidas económicas que adopte el Gobierno después de octubre son los principales factores que inciden en la decisión de los ahorristas.
La dolarización preventiva se consolida como respuesta cultural frente a la volatilidad política y económica.
“En la Argentina, los períodos preelectorales suelen caracterizarse por una menor demanda de activos en pesos y una creciente búsqueda de cobertura cambiaria. El dólar, por su estabilidad relativa frente a la moneda local, sigue siendo la opción más elegida para resguardar valor”, indicó el informe.
Además, el documento advierte que el escenario político tiene un peso decisivo en las decisiones de portafolio. La posibilidad de un cambio de orientación económica o de una modificación en la política fiscal genera expectativas que se trasladan de inmediato al mercado cambiario. Esta situación, según Focus Market, “conduce a una presión adicional sobre la demanda de divisas, que se traduce en incrementos en la cotización del dólar financiero y paralelo”.
Impacto en el sistema financiero
La elevada proporción de ahorristas que elige dolarizarse implica consecuencias directas sobre el sistema financiero local. Al reducirse la cantidad de pesos invertidos en instrumentos domésticos, se limita la capacidad del mercado de capitales para canalizar el ahorro hacia la inversión productiva. Al mismo tiempo, la preferencia por activos externos o dolarizados incrementa la vulnerabilidad del sistema frente a posibles shocks cambiarios.
De acuerdo con el estudio, “este comportamiento genera una doble tensión: por un lado, presiona sobre el tipo de cambio al aumentar la demanda de divisas; por otro, disminuye la disponibilidad de fondos para el crédito interno, afectando la actividad económica y el financiamiento de las empresas”.
El fenómeno también tiene implicancias sociales. Focus Market observa que, en un contexto de pérdida de poder adquisitivo y salarios reales deprimidos, solo una minoría de la población logra ahorrar, y dentro de ese grupo, la mayoría busca refugiarse en el dólar. “Esto evidencia una brecha cada vez más grande entre quienes tienen capacidad de ahorro y quienes apenas llegan a cubrir sus gastos mensuales”, concluye el informe.
Una conducta persistente
La tendencia a dolarizarse no parece revertirse en el corto plazo. Según Di Pace, “el argentino promedio confía más en la moneda de otro país que en la suya propia, y eso no cambiará mientras persista la volatilidad macroeconómica”. A su juicio, el comportamiento actual refuerza un patrón de largo plazo: “Cada proceso electoral funciona como un disparador de la dolarización, que se profundiza ante la falta de señales de estabilidad”.