Detrás del conflicto
Detrás del caso Fecovita-Iberte: las duras consecuencias para la vitivinicultura nacional
El cruce legal pone en jaque a miles de productores, 350 millones de litros de vino y 54 bodegas. La inconsistencia en la denuncia y la unión política para conocer el estado de la causa.El conflicto entre Fecovita e Iberte tiene en vilo a toda la vitivinicultura argentina, no sólo por la trama legal, sino también por el enorme peso que la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas tiene en la actividad a nivel nacional.
La relevancia de la empresa sobre el sector es incuestionable. Incluso la Cámara de Diputados aprobó de forma unánime un pedido de informe del Ministerio Público Fiscal para conocer el estado de la causa y el detalle de las acciones llevadas adelante por parte de la Fiscalía de Delitos Económicos. La unión política es sin duda un reflejo de la preocupación que existe respecto al futuro de Fecovita a nivel provincial y nacional.
Así, al momento de analizar el conflicto legal, surge inmediatamente la duda de qué podría pasar en el sector vitivinícola si Fecovita perdiera el caso. ¿Es realmente tan grave la situación en torno a la denuncia? ¿Podría la empresa enfrentar el costo económico de una derrota? ¿Está realmente en riesgo la “vida económica” de los productores asociados?
Todas esas preguntas se irán respondiendo con el correr de los meses, pero hay algunos aspectos a tener en cuenta que pueden adelantar algunas respuestas. Lo primero a tener en cuenta, es que, en paralelo al recorrido por la Justicia, el caso está siendo evaluado en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
Fuentes allegadas a la causa explicaron que Fecovita e Iberte firmaron un convenio para determinar cómo se resolverían las diferencias económicas, en caso de que las hubiese. El camino elegido fue justamente recurrir a un tribunal arbitral, que en este caso es la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. “Cada empresa hizo su presentación, pero el tribunal arbitral no se ha expedido”, aclararon.
En el medio, mientras el tribunal analiza el caso, aparecieron los temas legales, como el pedido de quiebra, que en septiembre de 2023 fue desestimado por la jueza Gloria Cortez; la denuncia penal por los balances falsos, donde se acusaba a Fecovita por no incluir en sus pasivos la deuda con Iberte, y la denuncia por estafa.
Para las fuentes consultadas por El Medio, la denuncia por estafa es injustificada, debido a que, “aun teniendo razón Iberte -si así lo resuelve el tribunal- no hay estafa de por medio”. En concreto, explicaron que, para que haya estafa, debe haber engaño e insolvencia de parte de la parte acusada para responder ante un posible fallo en contra.
“Si el tribunal arbitral dice que Fecovita le debe USD 30 millones a Iberte, lo embarga y punto. Fecovita factura mensualmente unos USD 18 millones. Es decir que el año factura unos USD 200 millones y cuando mucho, a Retamal (dueño de Iberte) le deben USD 30 millones. Fecovita no está acusada ni de haber perdido mercados ni haber enajenado patrimonios para no pagarle a Iberte. En otras palabras, no hay estafa”, comentaron.
Lo cierto, más allá de cuál de las partes tenga razón, es que la imagen de Fecovita se ha visto comprometida en el medio del revuelo legal, lo que puede perjudicarla para acceder a financiamiento y para cerrar negocios en el futuro. En lo que respecta a su estructura productiva, los especialistas concuerdan en que la misma no estaría en riesgo, debido a que la deuda, en caso de existir, puede ser solventada por la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas.
De todas formas, aún para una empresa del tamaño de Fecovita, USD 30 millones son una suma considerable y un traspié económico de esa magnitud tendría un impacto sobre toda la cadena productiva y por qué no, sobre toda la vitivinicultura argentina. Como es de público conocimiento, Fecovita trabaja de forma directa con 5.000 productores integrados en 29 cooperativas, 54 bodegas y más de 1.000 colaboradores. Con esa estructura, la empresa produce más de 350 millones de litros de vino al año, lo que equivale al 38,5% de lo que se vende cada año al mercado interno de vinos, tomando en consideración el volumen promedio comercializado en las últimas diez temporadas.
Además, los 5.000 productores gestionan alrededor de 25.000 hectáreas de viñedos, lo que se corresponde con el 12,2% de la superficie total cultivada en el país (204.847 hectáreas, según datos publicados por el Instituto Nacional de Vitivinicultura).
El conflicto a fondo
El conflicto entre la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Fecovita) y la empresa Iberte se originó tras la formación de una sociedad conjunta denominada Evisa, cuyo objetivo era exportar vinos y mostos. Fecovita debía proveer la mercadería e Iberte, la empresa del español Juan José Retamaro, se encargaría de venderla en el exterior.
Nada de eso resultó. Según el abogado de Iberte, Carlos Aguinaga, Fecovita recibió un capital de USD 32 millones y nunca entregó la mercadería. De acuerdo con el letrado, la Federación debía entregar unos 17,4 millones de litros de vino, 5.600 toneladas de mosto y USD 26 millones, derivados de incumplimientos contractuales y diferencias cambiarias.
Por otro lado, Fecovita sostiene que Iberte no cumplió con los pagos acordados por las exportaciones realizadas, lo que llevó a la disolución de la sociedad y al inicio de acciones legales por ambas partes. “Nosotros somos los acreedores”, asegura el abogado defensor de Fecovita, Osvaldo Coll.
En el ámbito judicial, la Fiscalía de Delitos Económicos de Mendoza ha avanzado en la imputación de directivos y exdirectivos de Fecovita por presunta estafa contra Iberte. Entre los imputados se encuentran Rubén Panella, Eduardo Sancho, Jorge Irañeta y Juan Ángel Rodríguez.
Qué dice Fecovita
Osvaldo Coll, abogado defensor de Fecovita, aseguró que se está trabajando sobre dos grandes ejes. El primero, como se mencionó, es que la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas no es deudora, sino acreedora del trato comercial con Iberte.
“Él (por José Retamero), nos debe plata a nosotros, muy lejos de nosotros debérsela a él. Lo que ellos no cuentan es que inicialmente hubo una exportación hecha por Iberte. Fecovita les dio la mercadería, por unos USD 23 millones y ellos lo vendieron a clientes que eran de su empresa (de Iberte). Resultó ser que de esos USD 23 millones, USD 15 millones nunca se los pagaron”, apuntó Coll.
“Las empresas que no pagaron fueron Eris, cuyo dueño es el propio Retamero, Aisa (la canadiense dueña de la mina Gualcamayo) y Daily Foods”, detalló el abogado.
“Desde Iberte dicen que le entregaron a Fecovita USD 32 millones, pero no cuentan que se quedaron USD 15 millones sin cobrar por la mercadería vendida. Además, había una cláusula que decía que, si el mosto aumentaba por encima del valor de la transacción inicial, ellos debían cubrir la diferencia, lo que suma unos USD 7 millones más a favor de Fecovita. A eso se agrega que no pagaron el IVA y que debían abonar una multa de USD 8 millones por incumplimiento”, continuó Osvaldo Coll.
“De ahí se concluye que Iberte en realidad le debe unos USD 4 millones a Fecovita”, resumió.
El segundo eje sobre el que trabaja la defensa de Fecovita, es justamente la “falta de fundamentos” por parte de Iberte. “Sus logros se deben a la condescendencia por parte del Ministerio Público Fiscal. La última imputación que nos han hecho no tiene ninguna prueba. No hay ninguna prueba que diga que se ha cometido el delito de estafa”, completó el abogado.
Qué dice Iberte
Carlos Aguinaga, abogado de Iberte, habló con El Medio y puso sobre la mesa la versión de la empresa de Juan José Retamero.
“Ellos (por Fecovita) dicen que son acreedores, basándose en un contrato que se firmó el 13 de octubre de 2022. En el mismo, que es como un balance de debe y haber, reconocen que deben una cantidad determinada de mosto y vino y dicen cómo lo van a pagar. Luego no lo pagan y ahí quedó establecida la deuda”, contó Aguinaga.
“Pretenden, no habiendo pagado, que estén vigentes contratos anteriores que habían quedado sin efecto”, agregó.
De todas formas, Aguinaga aclaró que lo que se investiga, “la estafa”, es algo que ocurrió antes. “Lo que les dice el fiscal, es que Fecovita inventó que quería hacer una sociedad con Iberte para constituir Evisa, cuando en realidad nunca se quiso asociar y su único objetivo fue quedarse con el dinero que Iberte puso para la sociedad y así financiarse a tasa cero. En total fueron USD 32 millones”, subrayó.
Todo eso, aseguró el abogado, se produjo entre abril del 2021 y febrero del 2022. “Cuando terminaron de recibir los USD 32 millones, Fecovita decidió salir de Evisa y se quedó con la plata, con el vino y el mosto que no entregaron. También conservaron la bodega Resero, de San Juan, que debía ser entregada en la sociedad”, agregó el letrado.
En paralelo, se está investigando a Fecovita por la presunta presentación de balances falsos en los años 2021, 2022 y 2023. En esa causa, están imputados Eduardo Sancho, Rubén Panella, Jorge David Irañeta, Marcelo Federici, Gustavo Arangüena y toda la sindicatura de la Federación. “Se está haciendo la pericia por los balances falsos. Lo que hemos dicho es que como empresa estamos dispuestos a que Fecovita como institución pueda pagar su deuda de manera refinanciada, para no tener que afectar el patrimonio de los productores”, cerró Aguinaga.