Martín Clement: "Mendoza necesita diversificar su matriz productiva y habilitar la minería sustentable”
El presidente del Consejo Empresario Mendocino sostuvo que el estancamiento del empleo responde al desorden macroeconómico y a la falta de diversificación de la economía provincial. Resaltó el aporte de programas educativos y pidió avanzar en minería bajo controles estrictos y con licencia social
El Consejo Empresario Mendocino (CEM) trabaja sobre los ejes estructurales que condicionan el desarrollo de la provincia. En diálogo con El Medio, su presidente, Martín Clement, analizó los avances y desafíos en materia de empleo, educación y minería, y planteó la necesidad de ampliar la matriz productiva provincial.
- Desde el Consejo Empresario Mendocino promueven históricamente el desarrollo de la provincia. ¿Cuáles son hoy las principales ramas en las que están trabajando?
- El Consejo tiene más de 27 años de trayectoria y desde sus inicios se enfocó en cuestiones estructurales. Una de las herramientas principales han sido los informes que elaboramos sobre distintos temas: cuentas públicas, deuda, empleo, exportaciones y, en los últimos años, también informes municipales. Estos documentos son centrales porque sirven como insumo para los gobiernos provinciales y municipales, además de ser un material de consulta para la sociedad.
Pero no nos quedamos solo en eso. Hace más de una década impulsamos un área específica de educación que pasó de la reflexión teórica a la acción concreta. Allí nació el programa de formación de líderes educativos, que busca brindar herramientas de gestión a directores y supervisoras de escuelas primarias y secundarias. Ya han pasado más de 500 personas por ese programa. Los contenidos van desde liderazgo y manejo de equipos hasta economía, presupuesto y tecnología. Lo interesante es que los docentes valoran mucho esta formación y se nota en los resultados: Mendoza ha mostrado niveles de alfabetización más altos que la media nacional, incluso en contextos difíciles como la pandemia. Creemos que ese trabajo, aunque en pequeña escala, aportó a que la educación provincial tenga indicadores más sólidos.
- En cuanto al empleo, Mendoza creó unos 2.000 puestos formales en el último año, pero si miramos la última década el número está estancado. ¿Cómo evalúan esa situación y qué proponen para revertirla?
- El estancamiento del empleo formal es un fenómeno que no se limita a Mendoza, sino que afecta a todas las provincias por la inestabilidad macroeconómica. Décadas de desorden fiscal, inflación crónica y falta de previsibilidad han debilitado la capacidad del sector privado para crear trabajo sostenido.
En ese marco, Mendoza tiene una ventaja relativa: su matriz productiva es más diversificada que la de otras provincias. Sin embargo, creemos que esa diversificación puede y debe ampliarse mucho más. La provincia tiene potencial para desarrollar sectores como la minería, la industria aeroespacial o la agricultura con mayor valor agregado. Desde el Consejo promovemos permanentemente la necesidad de avanzar en estos campos, con proyectos como el plan Pilares, que busca habilitar finalmente la minería metalífera en Mendoza bajo parámetros de legalidad, control y sustentabilidad. Lo que necesitamos es que la minería deje de ser un tema tabú y pueda integrarse como una actividad más de la economía provincial, generando empleo de calidad.
Clement destacó que, del otro lado de la cordillera, Chile exporta USD 10.000 millones anuales en minerales.
- Técnicamente, ¿están dadas las condiciones legales y normativas para que Mendoza explote el sector minero?
- Sí. Desde lo legal y lo técnico no hay ninguna restricción seria. La provincia ha hecho modificaciones en el código de procedimiento minero, se reforzaron las herramientas de control y hoy existen condiciones claras para garantizar una explotación responsable. El verdadero freno está en el plano social. Hay una reacción desproporcionada en parte de la población, alimentada por temores que a nuestro entender no tienen fundamento técnico. Ese miedo ha impedido que se avance en proyectos que podrían transformar la economía provincial. Cuando uno mira a Chile, a pocos kilómetros de nuestra cordillera, ve cómo la minería convive con la agricultura y otras actividades. No hay razones objetivas para que Mendoza no pueda tener un desarrollo similar.
- ¿Cuáles son entonces los principales obstáculos que impiden el desarrollo minero en Mendoza?
- El problema central está en la falta de aceptación social. Hay sectores de la población que, por información incompleta o por desconfianza, rechazan de plano la minería. Esto genera un clima adverso y frena proyectos que podrían implementarse de manera sustentable. Insistimos en que el debate debe darse con datos y reglas claras, porque los beneficios son enormes. La minería puede generar empleo formal, recursos fiscales y dinamizar cadenas de proveedores locales. El desafío es vencer los prejuicios y garantizar transparencia en la gestión para dar confianza a la sociedad.
- ¿Se puede dimensionar qué impacto tendría la minería en la economía local?
- No es sencillo dar un número exacto, pero las comparaciones son elocuentes. En la misma latitud de Mendoza, del lado chileno, se exportan más de 10.000 millones de dólares al año solo en minerales. Del lado argentino, en Mendoza, la cifra es cero. Esa diferencia muestra lo que estamos perdiendo.
En mi caso particular, trabajo en el rubro logístico y aduanero y he podido ver de primera mano cómo la minería derrama beneficios en las comunidades. En Catamarca, con Bajo de la Alumbrera, se generó un ecosistema de proveedores locales y un movimiento económico que transformó a la provincia. En Chile, además, se observa un entramado industrial completo: desde fabricantes de bombas y maquinarias hasta productores de bolas de acero o insumos especializados. Todo eso se mueve alrededor de la minería. Mendoza podría replicar, en escala local, una parte de ese desarrollo y diversificar fuertemente su economía.